08 diciembre 2004

Cuestiones (2)

Paseaba por el parque y me entraron unas irremediables ganas de arrebatarme la vida (de a poco) así que llevándome un cigarro a la boca, me acerqué a un hombre que jugaba con su mechero.

> ¿Me da fuego, por favor?

El hombre, sin inmutarse, continuó haciendo desaparecer la mecha bajo su pulgar. Por aquel entonces mi necesidad suicida a plazos había crecido tanto que, casi sin darme cuenta, me encontré implorando:

> ¿Me vende una llamita?

El hombre se detuvo y me observó.

> A ver, ¿usted que quiere?

Y es que antes del fuego, está claro, se inventó el comercio.

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