01 mayo 2010

Suso de Toro y el perro de Culann

Cuando el pequeño Setanta se acercó a la casa de Culann, no imaginaba que el perro del herrero, de descomunales dimensiones, esperaba por él en la puerta con la intención de atacarle.

Su corta estatura y sus escasos seis ó siete años no resultaron ser un obstáculo a la hora de acabar con la bestia.

Pese a la proeza de salir con vida y tras corroborar que aquel era el único perro que tenía el herrero, se ofreció el joven para vigilar la casa de Culann hasta el momento en que este encontrase otro can.


Así fue como el pequeño Setanta fue conocido como Cuchulain (perro de Culann), a la postre uno de los héroes celtas más importantes.

Pensándolo bien, la obra de Suso de Toro se ajusta a la perfección a este pequeño relato.

Un joven que empieza a escribir en gallego se encuentra con un perro mucho más grande que él: un panorama literario gallego prácticamente extinto. Con arrojo lucha contra todo ese pesimismo e, igual que hizo Setanta, con la única ayuda de sus manos, hiere de muerte a la inercia de menospreciar un idioma que, para más gravedad, es el nuestro.

Pese a la proeza de lograrlo y viendo que publicar es una buena manera de sentar las bases de la normalidad a la hora de utilizar el gallego en la escritura, decide no abandonar la lucha hasta el momento en que el panorama literario gallego encuentre un perro mejor.

Es así como un joven que empieza a escribir en gallego se convierte en un referente para muchos de nosotros. Ahora que Suso de Toro ha aparcado la pluma, rezo para que el espíritu de Cuchulain lo tiente a volver. Sobre todo porque seguimos sin perro y encima ahora nos sobran antihéroes.

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